31 Jan
31Jan

Cuando llevamos tiempo buscando un bebé, depositamos muchas ilusiones y expectativas. En caso de no embarazo, es importante trabajar el duelo y los sentimientos vinculados a este que puedan surgir como tristeza, desesperanza, decepción, frustración, culpa, envidia hacia otras parejas, vergüenza, etc.

A menudo no hayamos consuelo en frases y consejos bien intencionados que nos dan familia y amistades pero que a veces nos hacen sentir peor o incomprendidos/as. Frases como: podéis volver a intentarlo, todavía sois jóvenes, tendréis más, Si no ha seguido adelante es porque no tenía que nacer, mejor ahora que estás de pocas semanas que después de varios meses. En lugar de consolarnos lo que hacen es banalizar, quitarle importancia a ese embarazo con el que se ha establecido un vínculo y conexión desde el minuto cero.  La mejor manera de acompañar en un duelo es estar ahí, disponible para la persona, escucharla, entenderla y no juzgarla. Darle el espacio y tiempo necesario a la tristeza y a elaborar su duelo. Un “entiendo tu dolor, estoy aquí para lo que necesites”. 

Hay un gran sentimiento de soledad, a veces incluso con la propia pareja. Cada persona vive los duelos a su manera, y a veces entre parejas hay diferencias a la hora de gestionar y sobrellevar las pérdidas. Puede parecernos que la otra parte no sufre tanto como nosotros/as, o a veces puede que no sepamos cómo acompañar a nuestra pareja. 

Cada uno tiene formas diferentes de superarlo y todas son igual de válidas. Es importante potenciar la comunicación, hablar y compartir lo que sentimos. La mejor forma de ayudar al otro/a es expresar el propio dolor y que sabemos por lo que está pasando, preguntar qué necesita (ya que a menudo consolamos o ayudamos de la forma que nosotros necesitamos)


En caso de tratamientos de fertilidad estas pérdidas conllevan una gran carga de dolor y desesperanza. A menudo los demás no saben el tiempo que llevamos intentando ser madres y padres, ni las dificultades por las que pasamos. Así todo el esfuerzo emocional, de energía y económico que supone.

Así como nuestro temor a nunca conseguir nuestro sueño. Es importante elaborar el duelo, pasar por las fases necesarias (negación, frustración, ira, depresión, aceptación) aunque no todo el mundo pasa por todas las fases ni en el mismo orden. A menudo varias fases y sentimientos se dan a la vez. Es aconsejable por no decir necesario, prepararnos emocionalmente para una nueva transferencia, un nuevo tratamiento o trabajar el duelo genético ante la posibilidad de recurrir a la donación de óvulos, esperma o embrión. Las pérdidas sufridas durante el embarazo son un duelo muy importante que se ha de elaborar antes de iniciar un nuevo tratamiento.


Verónica Navarro Salazar 

Colegiada 14379

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